Hace unos días nos sorprendió la notica que suministró el periodista Carlos Alberto Zambrano, del diario Líder, acerca de las conversaciones que estaban llevando adelante directivos de los Navegantes del Magallanes y de los Caribes de Anzoátegui, y que involucraban al lanzador grandeliga, Carlos Zambrano.
Más allá de la sorpresa de ver el nombre de “el Toro” envuelto en esas negociaciones de cambio, nos llamó la atención el qué podría estar buscando el conjunto del Magallanes con Zambrano.
Obviamente, y todos lo sabemos, que el lanzador –uno de los mejores de Venezuela en la historia de Grandes Ligas-, teóricamente, es una pieza súper atractiva, por su calidad, su carrera y su estatus. Sin embargo, en la práctica para los Navegantes y para cualquier otro equipo de la pelota venezolano eso no representa garantías de éxito o de mejora.
En reiteradas ocasiones Zambrano ha dicho que su tiempo en el beisbol tiene fecha de caducidad, y cuando decía eso se refería específicamente a su actividad en Grandes Ligas, no en Venezuela. ¿Por qué? Porque obviamente es el beisbol estadounidense el que le asegura en su futuro bienestar económico, como a todo peloteros y eso no es para nada reprochable, por el contrario, es sensato. Pero también porque en el invierno él se dedica a su religión, a esas actividad que tanto anhela durante la temporada de las mayores y que no tiene tiempo para hacer.
Esa situación, por si sola, ya genera dudas y crea barreras para uno entender el interés que un conjunto como el Magallanes pudiera tener en Zambrano, conociendo eso y recordando que el año pasado, por primera vez desde la campaña 2002-2003, él lanzó en Venezuela y lo hizo marcando él la pauta de sus presentaciones.
Un cambio por Zambrano, más allá de aumentar la lista de súper figuras de los Navegantes, pudiera representar otro desacierto para el equipo, que en el pasado se hizo de los servicios de Ramón Hernández y Humberto Quintero, quienes no jugaron con ellos, y de Miguel Montero, quien tan solo lo hizo en una temporada.
En todas esas transacciones el Magallanes tuvo que desprenderse de prospectos importantes, que hoy están brillando en la propia liga venezolana. Eso, jóvenes peloteros con talento, es lo que precisamente quiere el conjunto de Caribes por Zambrano, de quien incluso no querrían salir si tuviesen certeza de que pitcheará con ellos y los ayudará a ser mejores.
Adquirir a Zambrano, además, sería pensar en lo inmediato –si es que se tienen garantías, como las que pedía Carlos García, del compromiso del lanzador, más allá de la intención, de ayudar al equipo y de estar con él.-. Esto porque el futuro de Zambrano en el beisbol no promete ser longevo, no solo por la merma que se ha visto progresivamente en su rendimiento en los últimos cuatro años (tiene récord de 36-30, con 4.10 de efectividad, en 123 juegos en Grandes Ligas, en donde esta campaña terminó como relevista), sino por lo que comentábamos anteriormente de su intención de irse pronto de este deporte para dedicarse a su religión.
Quizás sí, quizás esta temporada “el Toro” sea productivo para el Magallanes, por su posible disposición de representar a Venezuela en el Clásico Mundial de Beisbol de 2013, pero ¿después qué pasará?
Esos son algunos argumentos y algunas interrogantes que no nos permiten entender ¿Qué querría el Magallanes con Carlos Zambrano?
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BILLY RUSSO / @russobilly
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