El receptor del Magallanes juega cada partido como el último de su vida
LUISCARLOS GONZÀLEZ | @luiscarlosgr
Francisco Cervelli cumplió esta temporada su sueño de jugar con los Navegantes del Magallanes. Sin embargo, para él, ese solo fue el primer paso. El carabobeño, de 26 años de edad, apunta a ser campeón en el beisbol profesional venezolano, jugando "cada partido como el último de mi vida".
"Esta campaña ha sido excelente para mí. Sé que los lanzadores se sienten cómodos conmigo en la receptoría, y eso es muy gratificante. Con cada partido conozco más a los muchachos y aprendo de ellos. Pude adaptarme rápido al Magallanes y eso es porque aquí somos una familia", dijo Cervelli en el José Bernardo Pérez después de entrenar.
En 12 encuentros con la nave - sin contar el de ayer- el careta de los Yanquis de Nueva York promedia un average de .324 y un porcentaje de embasado de .455. Ha conectado 11 imparables, cuatro dobles, un cuadrangular y ha remolcado nueve carreras y anotado 11. Su slugging en .529. Sin duda, guarismos que lo han hecho ver acción con regularidad y ganarse el respeto de todos en el Magallanes, un equipo que también cuenta con los receptores grandeligas Jesús Flores, Carlos Maldonado y Eliézer Alfonzo.
No obstante, una de los aspectos de su juego que lo caracteriza es su agresividad. La pasión con la que afronta cada cotejo. Es raro verlo con el uniforme limpio, ya que jugar con el corazón es su objetivo.
"Toda mi vida he jugado de esa forma. Juego cada encuentro como el último de mi vida. El día que no lo haga es porque me siento mal o algo me está molestando. Yo pongo toda mi energía porque sé que los muchachos me están viendo y como receptor tengo que ser un guía. Quiero que sientan seguros conmigo", señala el careta de los turcos.
El 2012 fue un año de aprendizaje parta Cervelli, quien apenas vio acción en tres partidos con el equipo grande los Yanquis, que tuvieron en Russell Martin a su careta de todos los días. En 99 duelos en la sucursal Triple A de los mulos dejó average de .246 con 39 remolcadas, dos jonrones, igual cantidad de triples y 15 dobles.
"A este año le saqueé la parte positiva. Pude jugar todos los días y aprendí a controlar la ansiedad. Ahora soy un pelotero diferente que quiere seguir aprendiendo. Eso sí, no quiero volver más a las ligas menores", remató.
Con Martin en los Piratas de Pittsburgh, una puerta parece abrírsele a Cervelli.
"En estos momentos no estoy pendiente de los Yanquis. El año que viene veremos que pasa. Voy a luchar por mi puesto en los entrenamientos. No quiero regalarle nada a nadie".
A Cervelli también se le verá en el Clásico Mundial con la selección de Italia, nación a la que ya defendió con orgullo.
"Lo más sensato es que vuelva a jugar con Italia. Me siento venezolano, pero es una decisión personal que voy a mantener", finalizó, quizás, el careta más efusivo de la LVBP.
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